Apnea del sueño, cuando la respiración se para

trastornos del sueño

¿Te despiertas cansado? ¿Sientes sensación de asfixia mientras duermes? Es probable que estés sufriendo apnea del sueño, un trastorno relativamente frecuente por el cual un individuo realiza una o más pausas en la respiración durante el sueño. Dichas pausas pueden durar unos segundos o varios minutos y, habitualmente, se dan con una frecuencia de entre 5 y 30 veces por hora.

La apnea del sueño acostumbra a ser un problema crónico en el que una persona pasa de un sueño profundo a otro más ligero cuando se detiene momentáneamente la respiración o cuando ésta se torna superficial. Es por esto que muchas personas suelen despertarse cansadas, con síntomas de una fatiga que se puede alargar durante todo el día.

Estamos hablando de un trastorno muy difícil de diagnosticar, entre otras cosas, porque en muchas ocasiones, ni siquiera el paciente es consciente de que lo padece. Es más, éste suele ser el último en enterarse.

La apnea obstructiva es la más frecuente. La interrupción de la respiración es provocada porque las vías respiratorias se han estrechado o bloqueado durante el sueño. Así, cuando el individuo trata de respirar, suele emitir fuertes y molestos ronquidos. Este tipo de apnea se da, sobre todo, en personas con sobrepeso.

La apnea central es menos frecuente que la anterior. La parte del cerebro que controla la respiración no envía las señales correctas a los músculos respiratorios y la persona no «se acuerda» de respirar durante períodos cortos. Es frecuente en quienes sufren ciertas enfermedades o usan ciertas medicinas.

¿Qué ocurre cuando no se trata la apnea del sueño? Las consecuencias pueden ser: hipertensión, aumento del riesgo de un ataque cardiaco o de derrame cerebral, predisposición a la obesidad y a la diabetes, arritmias, incrementa las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico

La apnea del sueño debe ser tratada por un especialista y, a pesar de que casi siempre es crónica, hay diversas soluciones que ayudan a suavizarla: dispositivos especiales para la boca, cirugía, dispositivos respiratorios… Sin duda, la clave, como en casi todas las enfermedades, reside en la dificultad del diagnóstico. Una vez diagnosticada, tu médico te indicará cómo puedes mejorar los molestos síntomas de este trastorno.

Foto vía: Ediciones Médicas

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