Prevención de enfermedades alimentarias

e coli

Ahora que llega el verano y sus altas temperaturas, creo que es muy importante tratar un tema que suele tener protagonismo en estas fechas. De todos es sabido que el calor, junto con la humedad, es el caldo de cultivo preferido por las bacterias. Para no llevarnos sorpresas desagradables y estar preparados e informados, queremos hablar sobre la salud alimentaria.

Dentro de la salud pública, la seguridad alimentaria es un aspecto muy importante. El hecho es que las enfermedades transmitidas por los alimentos son un fenómeno en expansión. La contaminación del agua potable y la comida puede causar patologías tan graves y severas, que llegan a provocar incluso la muerte de los afectados.

Algunas de esta enfermedades son las siguientes:

  • Salmonelosis

Causada por una bacteria, la Salmonella. Sus síntomas son fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Los alimentos implicados son los huevos, las aves de corral, la leche sin esterilizar, e incluso el chocolate.

  • Campilobacteriosis

Causada por ciertas especies de la bacteria Campylobacter. En algunos países, su incidencia es aún mayor que la salmonelosis. Se transmite por alimentos tales como la leche cruda, la carne de ave poco hecha y el agua. Los síntomas son parecidos a los de la salmonelosis, llegando a provocar problemas de salud crónicos, como artritis reactiva y trastornos neurológicos.

  • Cólera

La bacteria Vibrio Cholerae es la responsable de esta enfermedad. Además del agua, los alimentos infectados también transmiten esta infección. Los síntomas son dolor abdominal, diarrea acuosa y abundante, y vómitos. A menos que los líquidos perdidos por el cuerpo sean reemplazados mediante tratamiento, causa la muerte por deshidratación.

  • Infecciones por E.Coli Enterohemorrágica y Listeriosis

Estas enfermedades han surgido en las últimas décadas y, aunque su incidencia es relativamente baja, sus consecuencias son graves e incluso mortales, sobre todo en lactantes, niños y ancianos. Causan sangrado intestinal y son las más peligrosas de todas.

Aparte de las bacterias, existen otro tipo de factores que pueden comprometer la salud alimentaria. Son los siguientes:

– Toxinas que se producen de forma natural, tales como las micotoxinas, las biotoxinas marinas y las toxinas que generan las setas venenosas.

– Agentes no convencionales, como el causante de la enfermedad conocida como «mal de las vacas locas», una proteína llamada prión. El consumo de productos bovinos contaminados por esta proteína es el camino más probable de contagio.

– Contaminantes orgánicos persistentes, tales como las dioxinas. Estos son compuestos que se acumulan en el medio ambiente y en el cuerpo humano.

– Metales como el plomo y el mercurio causan, por exposición continuada, daños neurológicos en bebés y niños. La exposición al cadmio causa daño renal, sobre todo en ancianos. Los metales y los contaminantes orgánicos son capaces de contaminar los alimentos a través del aire, el agua o el suelo.

Puesto que los posibles agentes infecciosos y contaminantes de la comida y la bebida están en todas partes, la limpieza y la higiene son primordiales en la prevención de toxiinfecciones alimentarias. Estos son algunos consejos que ayudan a prevenirlas:

– Lavarse las manos con agua tibia y jabón antes y después de manipular alimentos.

– Lavarse las manos después de ir al baño.

– Después de cambiar un pañal.

– Después de atender a una persona enferma.

– Después de sonarse, toser o estornudar.

– Después de tocar animales domésticos.

Foto Vía: www.buquad.com

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